2014-03-21

TODO ES CASUAL, NADA ES CASUAL

La filosofía, la psicología, la sociología, la literatura o cualquier otra ciencia social lo tienen todo pensado, estudiado, experimentado, filosofado o teorizado.

Esto de pensar en principio no hace mal a nadie mientras no te pases de vueltas o intentes meter tus ideas a los demás con calzador, o incluso con otros métodos más expeditivos, algo que se da con harta frecuencia a lo largo de la humanidad. Esa perversión de imponerse sobre los demás a toda costa. Además pensar es gratis, por lo que cada uno le da rienda suelta a su intelecto sin otra limitación que la que su propia capacidad le admite, con lo que hay ideas y puntos de vista para todos los gustos y colores.

A propósito de la disquisición entre casualidad o coincidencia que fue tema de un post anterior, también hay disparidad de criterio o divergencias filosóficas, como no podía ser menos y al que me voy a referir de manera sucinta.  

Por un lado están los deterministas. Apuntan estos que no existe la casualidad sino la sincronicidad o causalidad, término definido por el psicólogo Jung. Esta teoría del determinismo tiene distintos grados de intensidad y viene a decir, grosso modo, que no existe el azar sino que todo, acciones incluso el pensamiento, pasan por algo, tienen una causa. Tiene su importancia este pensamiento que es abrazado mayoritariamente por religiones varias con mayor o menor intensidad. Dios lo sabe todo, luego es la causa de las acciones humanas, dicen algunas religiones cristianas. Algún santo varón enfatiza que no existe la casualidad y lo que se nos presenta como azar surge de las fuentes más profundas. Las leyes de la espiritualidad traídas de India aseguran que lo que sucede es la única cosa que podía ocurrir, y que en cualquier momento que comience, es el momento correcto.

Otra postura radicalmente contraria tiene también sus seguidores. Por ejemplo Milan Kundera piensa que lo que ocurre todos los días, lo esperado, lo que se repite todos los días, es mudo. Sólo la casualidad nos habla. Hay quien asevera que los mayores tiranos del mundo son la casualidad y el tiempo; también quien dice que una vez es casualidad, dos veces es coincidencia, la tercera vez es una acción enemiga y alguien escribió una fábula sobre un burro que hizo sonar la flauta por casualidad.

No puedo negar que muchos sucesos ocurran por sincronicidad o causalidad, pero de ahí a decir que la casualidad no existe, que todo obedece a un plan o motivo, que todo está escrito y el destino definido, va un largo trecho difícil de digerir si no tienes cierta predisposición.

A medida que nos vamos acercando más a lo paranormal, a lo místico o incluso a lo religioso, más tendemos a pensar en el determinismo. Este era el pensamiento de las primeras sociedades y es la necesidad actual de dotarnos de seguridades sin dejar flecos sin resolver, para así cerrar el ciclo de nuestra vida dando un sentido o un porqué  a todo cuanto ocurre.



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